Son tus expresivos ojos cuando me miran;
son tus manos cuando me acarician;
son tus brazos que me aprietan.
Y esos muslos que rodean lo vivido
y lo que no he reconocido.
Son tus caderas apretadas y tu espalda que me encantan,
y esa voz que me susurra historias falsas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario