sábado, 29 de octubre de 2011

MANOLO


Es tu sonrisa, esa que brilla, que me rompe el silencio y me llena de vida.

Son tus abrazos, repletos de amor y ternura, los que me llevan hasta la locura.

Es tu espontaneidad, la que me entrega sabiduría y visión; visión de ese futuro en el que no sé si esté yo.

Por eso, Manolo, no olvides nunca que yo te adoro.

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