Andrés siempre fue un espejismo que parecía real
Cata, hasta lo sentía llegar
Lo veía jugar, lo veía trabajar y ya no sabía
si era real cuando la consentía
porque de tanto soñar,
a su lado creía que dormía.
La verdad es que a Andrés le gustaba volar
el se sentía dueño de otros mundos
y a Cata, apenas si la pasaba a saludar,
aunque en su casa era donde realmente le gustaba estar
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