domingo, 18 de diciembre de 2011

Se repiten las preguntas

¿Por qué dejar que otros elijan nuestro destino?
¿Por qué temer a lo que sentimos?
¿Por qué entregar a los miedos nuestra posibilidad de amar?
¿Por qué mirar atrás y darnos cuenta que no vivimos?
¿Será que los demás, cuando se hayan ido, llenarán nuestro vacío?

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