Ana conoció a Esteban haciendo una visita técnica.
Jamás pensó que ese hombre del cual algo
le llamó la atención al primer momento,
pero que por el afán ignoró,
iba a ser la persona que le daría la felicidad que pensó no existía.
Esteban la miraba tímidamente,
pero ella poco interés tenía en abrir su corazón.
En su entorno se dieron cuenta primero de aquellas
chispas de amor, que ella misma.
Pero Esteban se encargó de demostrarle a
Ana que son los detalles los que mueven el mundo,
y unas simples miradas,
unas sutiles pero coquetas palabras,
acompañadas de una segura presencia,
hicieron que Ana su corazón sintiera.
Hoy Ana siente que su corazón crece,
porque en él Esteban está presente
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