jueves, 31 de mayo de 2012

Se fue

A Santiago apenas se le veía rodar una lágrima por su mejilla.  El  solo escuchaba cómo Jorge le hablaba, y le contaba su historia.
Si alguien los hubiera visto, habría pensado que era Santiago el que confesaba su pena.

El lloraba por impotencia.

Jorge le contaba de su gran amor, 
por quien dio su vida e incluso un hijo engendró.
Por cosas de la vida esa relación se acabó y muchos años después se volvieron a encontrar, ya cada uno con su propio hogar.
La conexión fue tan fuerte, que de inmediato entendieron lo que estaban sintiendo. ¿Qué habría pasado si solos nos hubiéramos encontrado? ¿Qué habría pasado si el miedo no nos hubiese afectado?

Cuando Jorge vio la lágrima de  Santiago de una le preguntó: ¿Qué pasó hermano?
Y Santiago le respondió: Hermano, usted  hoy está confundido porque la vida le puso al amor de su vida de frente y ya nada puede ofrecerle. 
Yo hoy con su historia estoy viendo que dejé ir a un gran ser por mis propios miedos, cuando tengo todo por tener el amor de mis sueños.

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