Ángela nunca esperó mucho
pero cuando después de una de sus primeras peleas
Santiago le dijo que lo único que quería era cuidarla,
en su corazón sintió un clic que anunciaba la apertura total de su corazón.
"Yo te voy a cuidar" eran las palabras mágicas que ella desconocía
y que significaron entregarle su vida
Hoy Ángela recuerda esas palabras sin entender por qué
están tan borrosas en su memoria,
pues lo que ahora ve es a un hombre
que lo único que le entrega es humillante,
afanado por verla en la calle.
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