lunes, 12 de noviembre de 2012

Mariana jamás pensó escuchar la canción que hoy Daniel le ponía.
Era absurda la escena, pues ambos se querían.
Ella lo veía ridículo por todo lo que el decía,
 que se contradecía con los hechos 
y con lo que siempre insistía.

Daniel tampoco entendía,
porque ella no lo buscaba, 
si era lo que más quería,
y no se daba cuenta
que el era quien la perdía,
y si no actuaba, 
lo que soñaba y se negaba
sería lo que a su corazón mataría.
En ese instante tomaba fuerza esa frase de cajón que tanta gente decía:
Nadie sabe lo que tiene... y ahora era el quien la perdía

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