Santiago se despertó exaltado,
un sueño en el que recibía un disparo
le hacía temblar y sentirse helado.
El único frío comparado al momento en que
iba caminando y vio al fondo a Diana
besando a su nuevo amor.
Al comparar los dos fríos entendió que su amor
estaba muerto, lejano de lo que su deseo esperaba.
Esa tarde, lentamente murió
al darse cuenta que lo que el entregó no tenía valor
y que el engaño de ella o de su propia esperanza
lo dejaron en medio de la nada
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