domingo, 29 de septiembre de 2013

Camila suspira al despedirse
y se aleja pensando si fue evidente o logró controlar sus labios
"Si supieras lo que controlo mi cuerpo cada que te veo"
era apenas su pensamiento, mientras se subía al carro.

Andrés la miraba a los ojos mientras conversaban
y ella automáticamente comenzaba a acariciarse sus brazos,
como si fuera un pequeño pidiendo abrigo.
Si tomaba conciencia, de una se sentaba recta, 
pero cuando menos pensaba ya se acariciaba su pierna.

Sin embargo, como justificándose, 
Camilia ponía en su mente esos 10 segundos,
en los que no sabía si Andrés en un acto de valentía,
o como reacción misma de su propio impulso, 
mientras contaba una anécdota comenzó a jugar acariciando sus dedos. 

Fueron solo 10 segundos que Camilia quiso prolongar,
por eso fue el único momento en el que parecía una estatua.

Pasó ese mágico momento, 
y ella de nuevo a controlar sus movimientos.
La carcomía el miedo de expresar sus sentimientos
al mismo tiempo que el deseo de sentir sus besos.



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