domingo, 15 de septiembre de 2013

Reflexiones al oír voces ciudadanas

Cada que escucho sobre los proyectos de desarrollo que hoy tenemos en nuestra ciudad, me encuentro con una gran variedad de sentimientos, miradas, emociones y argumentos que me ponen a pensar. Pero las palabras de un señor que pide monedas en la Frontera, de verdad que hoy son las que me ponen a hablar.

Quienes habitualmente transitamos la Avenida del El Poblado, sabemos que esta vía cuenta con dos carriles, aunque en pequeños tramos hay tres. La llegada a la Frontera es uno de esos pequeños tramos, y esto se debe a que esta vía desde hace años está proyectada con tres carriles, falta darle continuidad. El viernes pasado, cuando al finalizar el día me dirigía a mi casa en Envigado, paré en el semáforo de la Frontera. Seguramente mi cara de cansancio, y la soledad que se debe sentir en un semáforo después de una larga jornada de rechazos, un anciano que casi todos los días pide monedas en una silla de ruedas se me acerca y me pregunta:
Anciano: ¿Manejar estresa? ¿Qué es lo que más da mal genio al manejar?
Yo: Si, claro, sobre todo los que manejan todo el día. Tal vez lo más agotador son los trancones cuando no hay mucho tiempo o ya se está cansado.
Anciano: Por eso no entiendo por qué los que protestas por Metroplús piden dejar dos carriles, y si aquí con tres no caben los carros qué vamos a hacer después. ¿Quién se va a aguantar el genio de ustedes?

Esta es la mirada de un proyecto de un ser humano que vive del estado de ánimo de quienes estamos al frente del volante. Pero sin duda tienen mucho de sabiduría, y no debe ser el único que nos sufre, algo también reciben nuestras familias.

Como él, yo también pienso que no es sano para los humanos, y tampoco para el medio ambiente, pensar en reducir los carriles de tres a dos, en el proyecto que hoy presenta Metroplús a la ciudad.  A diferencia de lo que ve el señor, con esa propuesta que hoy hacen los del movimiento Túnel Verde, en la práctica no hablaría de dos carriles para vehículo como me señalaba en la valla este anciano, sino de uno, pues el otro sería con privilegio para el sistema. Así que desde su perspectiva pasaríamos de 3 carriles a 1.

Con todas las discusiones que se han generado con este proyecto, yo solo pensaba que esta reducción de carriles lo que traería es mayor contaminación, pues un gran trancón lo que promueve no solo es la reducción de la velocidad, sino la obligación de arrancar de cero, más seguido, a los vehículos, ejercicio que es el que promueve un mayor consumo de combustible y por ende de contaminación. Ahora veo, que sin duda hay que sumarle, incluso, problemas de salud pública al tener en cuenta la salud emocional de la ciudad.

Adicional a lo anterior, recuerdo hace un par de meses que hubo un accidente en la Aguacatala, y al taponarse un carril, terminó colapsando la movilidad de todo el Poblado y parte de Envigado. ¿Qué pasaría si la reducción de carril fuera permanente?

Por eso a las consecuencias naturales de un bloqueo del proyecto, le sumo las sabias palabras del señor. Realmente nuestro mundo no es plano ni funcional, nuestro mundo es holístico, y cada acto repercute casi que en la totalidad de nuestra realidad. Algo así como el efecto onda o dominó, una ficha que se cae, poco a poco va tumbando todas las otras:   Un trancón puede afectar negocios, tiempo con la familia, estados de ánimo y como no, mayor contaminación. Y estos puntos, sin duda traen consigo otras consecuencias que hoy no voy a nombrar.

El llamado fenómeno Túnel Verde, sin duda ha sido algo muy interesante. Desde el punto de vista ambiental porque muestra evidentemente un despertar de conciencia que hace rato nos hacía falta. Desde el punto de vista comunicaciónal, es la evidencia para las empersas e instituciones que no creían en las redes sociales, o que no le veían la importancia, se dieron cuenta todo lo que hoy pueden mover en nuestra ciudad. Y desde el punto de vista emocional, la claridad de que aun tragamos entero, y que escuchamos más el palpitar de nuestro corazón que el de la razón, por eso salimos en estampida sin informarnos, y gritamos sin argumentos, llevando a varios a darse golpes de pecho por sentirse muñecos útiles de algunos intereses particulares. Por eso las masas que se movilizaban al comienzo de este fenómeno tienden a desaparecer, y las redes dejan de crecer, por lo menos en la misma proporción que lo hicieron el primer mes de existencia, a tan solo un par de meses más, después de su nacimiento.

Sin desconocer que en esta disminución de ruido, comienzan a hacerse visibles algunas voces no tan radicales, aunque si inconformes, no solo con Metroplús, sino con un historial de instituciones y hechos, y claro que si, con argumentos.

Si yo miro el historial de trinos y mensajes que me han escrito en todo este proceso, veo transformaciones grandísimas en tonos y argumentos. Pasamos de los insultos en una "protesta pacífica" por no pensar igual que ellos (Líderes y seguidores del llamado Túnel verde), a discusiones más respetuosas, y en algunas voces con más conocimiento y argumentos. Con respecto a los argumentos, la transformación también ha sido grande entre los seguidores de este movimiento. Recuerdo los gritos y comentarios en trinos y campamento, donde me decían:

  • "No a la tala, protegemos el medio ambiente, no necesitamos a Metroplús  porque nosotros tenemos carro". Apenas se dieron cuenta de la incoherencia de estas palabras, prontamente comenzaron a aparecer.
  • "No a la tala, queremos nuestro túnel y que se respete nuestro medio ambiente". Al comenzar a ver que es una realidad la compensación 15x1 del proyecto, y que en planos el tramo no va a perder el verde en su totalidad como algunos quisieron mostrar, ya la rabia pasó a ser por la siembra de árboles sin comenzar la tala, cosa que aun no entiendo si lo que queremos es verde, a menos que sea porque se les cae el argumento, en vez de pensar que lograron cambiar la historia, y tradición de "incumplimientos", pues recuerdo que varios me dijeron en trinos que yo soy una idiota e ingenua por pensar que una entidad pública podía cumplir promesas.  Sin olvidar la impotencia que he visto cuando los árboles que han caído en estos días, ya que sin duda estos hechos muestran la veracidad de argumentos de una entidad pública como Metroplús al justificar algunas talas. Creo en la institucionalidad, y estos hechos me demuestran que necesitamos ciudadanos motivados a ser veedores y a exigir responsabilidad y compromiso con sus funciones por parte de las entidades públicas, que nos cumplan, Comencemos a cambiar paradigmas, y dejemos de atacarnos y buscarnos la caída. No importa el color, somos ciudadanos los que votamos, y son ciudadanos los que nos lideran con nuestro respaldo, asumamos nuestro rol, que la lógica es que debemos ser del mismo mando. Creo que es un buen comienzo par hacer país, y para cambiar las noticias con las que despertamos todos los días.
  •  Luego, el grueso del argumento en contra del proyecto Metroplús en Envigado fue la supuesta no socializaron de este y el no querer más cemento. Pero cada vez surgen mas evidencias de estas socializaciones, y de esto cada vez se protesta menos. Desaparece el argumento, sobre todo que varios de los que lideran esta teoría, participaron de uno u otra forma en estas, desde hace varios años atrás.
  • Hoy, se pide participación en el diseño y ya se reconoce la necesidad de Metroplús como proyecto. Siento que pierde fuerza las palabras Túnel Verde y medio ambiente. Sin salirse de esta línea ambiental, claro está, lo que se sugiere en estos diseños  la necesidad de desestimular el uso del vehículo a partir de la disminución de carriles para el uso de vehículos particulares. 

La verdad, como lo decía al inicio de este escrito, es que debemos comenzar a mirar los proyectos de manera holística. Me encanta que estemos preocupándonos por el medio ambiente, pero no se nos puede olvidar que el ser humano hace parte del ecosistema, que la salud mental también nos afecta y que tenemos necesidades que debemos repensar.

Con lo anterior, me atrevo a invitar a ver más allá. Claro que debemos desestimular el uso de vehículos. pero al ideal difícilmente podemos llegar desconociendo la realidad. Aún no conozco al genio de la lámpara que con un tronar de dedos nos lleve a ese lugar. Tal vez no sea fácil, tal vez llevemos años haciendo las cosas mal, pero debemos partir de lo que tenemos para acercarnos a ese ideal que queremos.

Si un choque, colapsa media ciudad. Primero debemos organizar nuestro sistema de transporte para poder pedir guardar el carro, nada logramos andar a pié si no tenemos un buen transporte, y menos andenes y espacio público por el cual caminar, por eso la mirada debe ser global. Unas vías exclusivas, unos buenos buses, metro, tranvía, bicicleta, y metrocable, que adicionalmete signifiquen economía, sin duda invitan a ello, a guardar el carro. Recuerdo incluso algún ir y venir de trinos que en resumen decían: no quiero Metroplús, tenemos carro y no guardo el carro porque no hay un buen sistema de transporte. ..... mmm hay que romper ese círculo vicioso.

Pero organizar nuestro sistema de transporte debe ir acompañado de muchas acciones. Debemos generar campañas de cultura ciudadana, invitar al estado y a las empresas de vehículos para estimular la chatarrización, y que el negocio de los carros pase de medir sus indicadores en número de ventas, a número de vehículos en mal estado reemplazados (por mi, ojalá por cada 10 chatarrizados, uno nuevo vendido, pero se que no es fácil de llegar), así como incentivar y promover que los carros que lleguen, ojalá sean eléctricos o a gas,  entre otras, porque sin duda son los vehículos uno de los inventos humanos que más contaminan.

Hace 4 años escuché al Presidente de Sofasa en Brasil, un colombiano, que decía que en el 2011 llegaban los carros eléctricos a Colombia, que ellos ya los estaban comercializando. ¿Por qué no han llegado a nuestro país? creo que aquí habría  un empujón muy grande para el cuidado ambiental.

También debemos promover el uso de bicicleta, y paralelo generar seguridad en las vías, tanto en términos de hurtos, como de respeto por el ciclista.

En fin, me puedo quedar listando un montón de acciones que nos deben llevar a ese ideal. Se que no es fácil, pero también tengo claro que frenar un proyecto o disminuir un carril, no lo va a lograr. Ahí si como decían las abuelas, por hacer bonito, haríamos feo. Insisto que disminuir un carril, no es una solución ambiental, y como me hizo caer en cuenta ese anciano, también sería crear un riesgo emocional y social.

El primer paso es dejar de criticar, en especial lo que quedó atrás. Hasta Metroplús ha aprendido de su pasado. Recuerdo las grandes protestas de los comerciantes de la 30, que llenaron primeras páginas en esa época. Hoy he hablado con varios comerciantes, y más bien están desesperados por miedo al cierre de la obra. Un apoyo del proyecto desde años atrás, los había preparado para esta época, pero no contaron con el liderazgo de algunos pocos que no han sido del todo claros, pero que si supieron movilizar masas, afectando su negocio.

Sin duda cualquier cosa que se haga o se deje de hacer, beneficiará a algunos y perjudicará a otros, es parte natural de la convivencia en comunidad, incluso, si hablamos en términos ambientales, así funcionan los ecosistemas. Pero en nuestras manos ciudadanas está cambiar la mirada egoísta de pensar en particular, comenzar a entender que los problema de ciudad no son solo los que están frente a mi casa, o los que afectan mi bolsillo, y que todos los proyectos deben pensar en muchos aspectos y contar con una mirada amplia de comunidad.





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