Hace algún tiempo venimos viendo una
importante transformación en la forma de hacer política en Colombia, lo que directamente
afecta la forma de interactuar de los ciudadanos.
Hace poco en una reunión social donde el tema
político entró en la conversación, alguien dijo “¿De qué partido es aquel
candidato? De ese doy yo”. Una frase que aparentemente habla del poco análisis
que hacemos del entorno que nos rodea, es realmente el reflejo de la pérdida de
valoración de lo institucional, nos estamos preocupando más por intereses personales y no colectivos, hemos dejado de construir filosofías a pasar a vivir solo de las necesidades particulares y de algunos en ciertos momentos, empujados más por la emoción que por la razón.
Una sociedad donde hay tantos intereses,
miradas, afindades, etc. Si desconoce las instituciones está más cercana de la
violencia que de la conciencia. ¿Qué es de una familia sin unas normas básicas
de convivencia?
Y entonces ¿qué significa el término
Institución?
1.
En un lenguaje común: organizaciones del Estado.
2.
Para la economía institucional: reglas de juego en
una sociedad para viabilizar interacciones y transacciones entre personas y
grupos. En este sentido deben entenderse las leyes y el derecho (formal o consuetudinario).
En este sentido también el premio Nobel, Douglas North, padre intelectual de la
economía institucional.
3.
Según el sociólogo inglés Chambers, el término
institución tiene dos significados: organización y reglas de juego o sea 1 y 2
Para crear instituciones sólidas se debe
pensar en a la organización, cooperación y acción colectiva de grupos de personas
para obtener un resultado de intereses comunes, bajo unas normas que den pauta
a unas reglas de juego.
Y es aquí, donde los ciudadanos del común
tenemos un papel muy importante, y es el de participar respetando los acuerdos,
los intereses de la mayoría y bajo unas normas. Participación que también debe
ser cotidiana, espontánea, oportuna, independiente y crítica. Teniendo claro
que participar no siempre significa que se haga lo que yo quiera.
Debemos aprender a defender nuestros
intereses que beneficien a una gran mayoría, sin olvidarnos de la totalidad de
actores que participamos en la sociedad. Cuando se trata de ciudad y de
desarrollo, ningún proyecto puede estar desarticulado de todas las áreas de
impacto.
Hoy nacen diferentes movimientos sociales que
hablan de un despertar de conciencia, de un nuevo ciudadano preparado y participativo,
pero no debemos olvidar el colectivo y de lo importante de reconocer los
antecedentes y demás intereses de la sociedad, para intervenir con
responsabilidad y respeto, sin atropellar.
No veamos como enemigas a las instituciones,
acerquémonos, concertemos, transformemos, respetando siempre las reglas de
juego. Y recordemos siempre que todo es un proceso y que para llegar al ideal, es más fácil si reconocemos la realidad.
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