sábado, 26 de octubre de 2013

Parada el la baranda del puente, no podía ver nada más que belleza
El cielo era azul profundo, y las pocas nubes eran tan blancas que le daban brillo.
Al frente, junto al río,
un gran bosque, de un verde esmeralda, todo un tesoro.

Si cerraba los ojos, la brisa se mezclaba con el sonar de las hojas,
y los pájaros endulzaban la melodía.
si miraba hacia abajo, el agua era tan cristalina, que hasta se veían las bailarinas.

Y en su espalda,
solo quedaba suspirar.
El puente en que estaba parada era
un monumento histórico de la humanidad.

Pero Paula se sentía vacía,
no sabia que paso dar. Si saltar, o dar un paso atrás.
Saltar era sumergirse en un sueño,
pero regresar significaba seguir repasando ese hermoso paisaje,
pero sola.


No hay comentarios:

Publicar un comentario