Un ocho,
así, literalmente sentía mi corazón.
Entre ires y venires de pensamientos,
hechos y deseos, la cabeza ya me daba vueltas,
y nada más parecido a un infinito
como giraban mis pensamientos.
Entre el pasado de mi infancia
los consejos que me pedían
y el hielo en el corazón por lo que ya sabía
Era inevitable que esa lágrima saliera.
Y si bien necesitaba aquellas palabras
Saber qué tanto me admiraba
arrugaba mi alma
Nunca conocí el miedo a estar sola
pero sentirme sola
me devolvía a mi infancia
me devolvía a aquel rincón del cual siempre he querido salir
Si tan solo una muestra de interés aflojara su rostro,
demostrando que su historia ya era pasado
pasando la hoja con esa bella amistad,
que hasta ahora se comenzaba a gestar
Pero la confianza está rota,
el discurso perdido,
el niño se angustia
pero su corazón no escucha.
nuevamente se repite la historia
dos amantes se alejan
por los miedos del pasado
queriendo vivir el presente
No hay comentarios:
Publicar un comentario