domingo, 15 de diciembre de 2013

Sentir... como evitarlo
Catalina le había descartado,
no por gusto, porque desde aquel abrazo
sus energías se habían encontrado,
le había descartado porque sentía
que su corazón no había sanado de su reciente pasado,
y tanta conexión no podía ser el desahogo
de un dolor acumulado,
prefería permanecer como amiga a su lado.

Simón, le inspiraba confianza.
Un hombre alegre, pero pausado,
caballero, espiritual y gran apasionado por su trabajo,
además de ser muy inteligente y estudiado,
un buen conversador,
tal cual cómo lo había soñado.

Sin duda a Catalina le gustaba,
 lo admiraba y la erizaba cada que se le acercaba.

Pero tanta belleza se esfumó con dos palabras,
una mano acariciando su pierna y una invitación desafortunada
que mostraba cómo Simón
poco la valoraba.
¿Dónde estaba el caballero?
¿Donde está la transparencia?
 ¿Dónde estaba el que pensaba?
Ya ni saludarle le emocionaba

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