En la
vida a veces no le damos el lugar que se merece a la gente que pasa por
nuestras vidas, aunque la verdad siento que en la mayoría de los casos ni
siquiera nosotros mismos no nos damos cuenta de ello. Tal vez porque nos
preocupamos más por darnos látigo por lo que nos está pasando. Realmente nos
tiramos muy duro los seres humanos.
Cuando
uno ve frases de superación y demás, es muy común unas que invitan a revisar
quiénes están a nuestro lado en los momentos duros, porque en los felices es
muy facil estar rodeados.
Hoy
amanecí pensando en eso, y por eso quiero agradecer con toda mi alma a esa
persona que en el último mes me ha preguntado cada día, cómo amanezco y se
despide con un Dios te Bendiga. Alguna vez a esta persona le dije que yo me
enamoraba era de las cosas simples que me hacían sonreír, y aunque estas parezcan
sin importancia, a muchos les cuesta, ni de la familia las recibo. Y por eso
hoy quiero decir GRACIAS, porque esas simples palabras me recuerdan que si hoy
me pasa algo, alguien se va a dar cuenta a pesar de que mi mundo no cuente con
muchas personas realmente cercanas. Y aunque algunos pasos parecen efímeros en
nuestras vidas, y así hoy no volviera a ver a esta persona, sirven como en este
caso, para recordar que Dios nunca nos deja solos. Y que hay muchas formas de
acompañarnos.
También
quiero agradecer a esa amiga que a diario me escucha, Que la puso en el camino
mi trabajo, pero que dejó de ser una compañera hace rato. Siempre me acompaña
con sus chistes y su corazón desnuda. Por esa confianza y esa ternura. Una amiga
compañera de carretera cuando mi hijo no está a mi lado, y que no sé si se da
cuenta, pero ya hace parte de mi familia.
Quiero agradecerles
a muchas personas que han sido fundamentales en mi vida, Que aunque en su
momento no lo entendía, siempre, siempre Dios las puso en mi camino cuando yo
las necesitaba. Algunas se los he dicho, a otras con seguridad buscaré el
espacio.
Recuerdo
a muchas amigas, que sé que siempre encuentro cuando las busco, así cada una
esté inmersa en sus propias vidas. Y recuerdo y agradezco especialmente a
alguien a quien tristemente desapareció de mi vida hace 8 años y que su paso
por la mía fue si acaso de un par de meses, y aunque hoy con más conciencia he
querido darle las gracias, no he podido volver a saber de él. En su momento,
mis miedos y malos momentos me hicieron alejarlo, con un poco de prepotencia,
pero nunca había pasado por mi vida alguien que pasara varias noches en vela,
solo por el hecho de garantizar que me parara y comiera. Hoy, que miro en el
retrovisor, una época en la que el mundo entero se me cerraba, o así creía,
este hombre fue el soporte para que yo me levantara. Lo más triste, es que fue
efímero en mi vida. Pero en mi recuerdo es un gran angelito que me mandó Dios.
GRACIAS JOSELITO
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