Los últimos 20 días de mi vida no solo han sido inspiradores, han sido transformadores.
Muchas veces soñé en comenzar de cero en cualquier lugar del mundo, y hoy que renazco en ese lugar ajeno y nuevo, quisiera tener un pretexto para quedarme en este puerto.
Si, me hace mucha falta mi bosque y mis peludos, pero hoy tengo miedo que con mi regreso vuelvan a mi tantos sinsabores que he ido borrando en mis días en Santiago.
Me va a hacer mucha falta mis sobrinos que llegan cada mañana a despertarme. ¿Con quién voy a hacer pasteles, ir a clases de piscina, a soñar en ser un famoso ´youtber´? Siempre supe que el tesoro más grande en esta ciudad eran estos pequeños, a quienes no quisiera tener tan lejos.
Cómo quisiera abrir una puerta de posibilidades en Santiago, o al sur. Me quedó faltando, pero quien quita que se abra alguna puerta de trabajo.
Pero al mismo tiempo pienso en mi casa, en mi espacio, en mi bosque y ya quiero caminarlos, ¿cómo combinarlos? Aun no se como serán mis nuevos pasos, si se den las cosas que he soñado, o si realmente alguien me esté esperando.
Insisto, sería bonito comenzar de cero en cualquier lado y por qué no, en Santiago.
Insisto, sería bonito comenzar de cero en cualquier lado y por qué no, en Santiago.
Debo agradecer infinitamente a mi madre por este regalo, y muy especialmente a mi hermana y cuñado que me abrieron las puertas de su hogar y su. Espero regresar a visitarlos en otras condiciones, y así retomar mis paseos con Chimenea, aprender más de la vegetación de estas tierras, recibir los abrazos de mis sobrinos y volver a visitar el helado mar.
No lo había pensado, pero mi vuelo de regreso se parece a mis sentimientos. Quiero llegar a mi hogar, pero con tanta escala, parece que parte de mi no quisiera avanzar y se esté quedando.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, por esta bonita oportunidad.
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