miércoles, 18 de marzo de 2020

Lo que puede hacer con nosotros un bichito

La imagen puede contener: Ana Carolina Sánchez Rave, sonriendo, flor, planta, naturaleza y exterior
Si algo no quiero con esta reflexión es alarmar o recomendar, creo que de eso estamos saturados, de echo me duele haberme salido de algunos grupos de amigos que quiero, porque estaba saturada de esto, es más, ya estaba comenzando a sentir miedo.
Sin embargo, a pesar de la crisis sanitaria y económica en el mundo, creo que vale la pena darle las gracias a este bichito que se mete en nuestros pulmones, muy cerca del corazón, para que comencemos a sentir la vida de manera diferente.

Al principio algo tan lejano, que hasta muchos criticaron que alguno colombianos pidieran apoyo para cobijarse en sus hogares. Y es que los latinos somos bien especiales, campeones de la crítica, de la incredibilidad y a pesar de ser de casas de puertas abiertas, campeones del importaculismos, sobre todo cuando del otro se trata.

La herencia más grande nuestra es española e italiana, son los más latinos de Europa, y si vemos lo que está pasando, no habría por qué sorprendernos. Hasta no verse en la inmunda, no se pusieron serios.

Hoy en Colombia hay diferentes decisiones frente a la forma como afrontamos el tema. Decretos de alcaldes y gobernadores no son homogéneos, pero por lo menos, creo que estamos tomando la cosa más en serio.

Sin embargo, para criticar somos campeones de campeones. Anoche el Presidente pide con su cuarentena para mayores de 70 que cuidemos a nuestros sabios, nuestros progenitores, y sin embargo hay quienes lo critican por encerrar a nuestros viejos, “se van a enloquecer” dijo alguien en redes.  Bueno si los abandonamos y nos olvidamos de ellos, tal vez, si no le brindamos un poco de tiempo, seguro, pero hasta para eso es bueno la medida, recordar la importancia de cuidar nuestra propia historia, nuestro propio ADN.

Algunos critican tener que estar en casa, compartiendo con “los nuestros”, a la fuerza nos toca reconocer a quienes viven con nosotros, otros se quejan porque sus que haceres nos impiden quedarnos en casa. En fin, tener contento a este pueblo que no está acostumbrado a pensar en el otro es complejo, pero todo esto es tan bello, que también comienzo a evidenciar cambios maravillosos como sociedad.

Siempre lo he dicho, a este plantea vinimos a aprender a SER HUMANOS, y ser humanos es reconocerme también en el otro.  Por eso amo cuando veo todas esas campañas de los medios, de la policía, de las administraciones en las que el mensaje es clave, cuidarme a mí es cuidar al otro. Nos estamos comenzando a reconocer como seres sociales que somos, nada que afecte a quien está a mi lado me hace inmune, siempre, siempre, en algo me toca.

Pero también amo cosas maravillosas que van saliendo de manera espontánea.  En el chat de la Red de Turismo de Santa Elena, algún compañero dueño de un hotel, comparte su decisión de cerrar el servicio por algún tiempo, para cuidar a sus clientes y a sus empleados, con todo lo que eso implica. Y preguntaba a los colegas sobre qué decisiones habían tomado.

En resumen, la mayoría no solo tomó la decisión, muchos clientes cancelaron reservas, y en medio de conversación, salió la preocupación por aquellos que con estas decisiones, dejan de recibir su ingreso diario, con el que llevan alimento a su casa. No leí ni una queja de la plata que se va a dejar de recibir, que estoy segura que a todos los toca. Se generó una decisión como red, para que negocios y personas que quisieran, recogieran víveres para compartir con esos vecinos del territorio que sabemos que no saben que van a comer, si no salen al rebusque.

Si esto dura mucho tal vez no se pueda mantener el apoyo, pero hay una realidad, hay conciencia social, y eso es hermoso. A mí en lo personal, me dan ganas de vivir. Muchas veces me he sentido cansada de una sociedad que piensa más en que ganar, que en qué aportar al otro, y a sí mismo.

Y como estas hay otras, también he comenzado a ver ideas en redes como el “si ve a algún vendedor en la calle cómprele algo para que pueda irse pronto para su casa”, “cuando termine la cuarentena vamos a comprar en pequeños negocios para apoyar a esos emprendedores con poco músculo financiero”, etc. En  fin, ideas de preocupación por reactivar la economía, por apoyar al otro.  Y si a los pequeños empresarios les va bien, a los trabajadores de diario le va bien, a los asalariados  y grandes empresarios con seguridad nos va mejor. Todos somos el soporte de una nación, y creo que muchos, hasta ahora nos estamos comenzando a dar cuenta.

No son los grandes actos los que generan verdaderos cambios, siempre he pensado que en los detalles y pequeñas cosas es que está la magia del amor. Y esto es el COVID 19, un bichito como digo yo, que llegó para transformar el mundo  




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