Pablo no entendía porqué la rabia contra el mundo
lo alejaba de esa persona que tanto lo amaba,
y por quien el daba sus sueños.
Sofía había abierto su corazón a Pablo,
un corazón lleno de miedo,
pero en Pablo había encontrado un gran complemento,
con quien olvidaba todo pretexto.
Sin embargo, un día Sofía salió corriendo,
precisamente un día después de haber reconocido
un gran sentimiento.
Pablo no hacía más que mirar su foto en ese café,
aun sin entender lo que había pasado,
y no alcanzaba a ver la mirada de Julia,
quien esa mañana había llegado a consolarlo.
Julia, la amiga, la gran amiga.
la que siempre estaba a su lado,
la que no entendía por qué lo habían abandonado,
viendo que un amor sincero
ella no había encontrado.
Julia,
la incondicional Julia miraba a Pablo,
con el sueño de poder amarlo
No hay comentarios:
Publicar un comentario