
Jorge Ibarvo, otro sepulturero, quien lleva 16 años
trabajando en el Cementerio de Envigado, ve realmente un cambio positivo en el
sector y lo que más le gusta es que los vecinos ya si les van a creer que los
ruidos no son de fantasmas porque ellos no asustan, “con la buena iluminación
que deja la obra ya no se ven sombras, ni penumbras, ahora la gente se va a
sentir más segura” comenta Jorge.
José Bolívar, después de terminar su desayuno, habló
sobre el proceso constructivo del corredor de Metroplús a lo largo de la
carrera 43A y en especial en el sector del cementerio de Envigado “desde que
supimos de la obra, sabíamos que aquí iba a ver desarrollo, y la verdad, pese
al pantanero y a las travesías de familias y funerarias para traer sus muertos,
la gente de la obra siempre estuvo muy atenta y nos ayudaron. Aquí hicimos
maromas, y cuando nos avisaban de las funerarias que había un nuevo servicio,
los obreros nos habilitaban caminos para que los acompañantes y ataúdes
pudieran llegar desde el otro lado de la calle”. Jorge sonriendo también, dice
que “las personas de la obra siempre buscaron la forma de que nuestro día a día
no fuera traumático, a mi hasta me abrían espacio para entrar mi moto”.
Para estos dos sepultureros, la imagen amable de la
infraestructura del nuevo sistema de transporte en un lugar donde la muerte es
el común en el día a día, llenó de vida este sector del municipio, Metroplús le
cambió la cara a Envigado.
Septiembre, 2012
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