sábado, 7 de julio de 2012

Cesar se levantó esa mañana nervioso y sudoroso
Casi sentía que había gritado
 era su nombre el que salía de sus labios.

Por fin entendió que se había marchado
pues de sus rechazos se había cansado. 

Ahora entendía esas palabras que tanto había cantado:
"Amor, si tu dolor fuera mío
y el mío tuyo,
qué bonito sería...
amor... amar".

Y entre más y mas escuchaba su canción
Cesar entendía que fue él el que nunca entendió
que una relación es cuando reciben dos
y no solo cuando se adora a un Dios


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