viernes, 22 de febrero de 2013

A Camila no le salen las palabras
tal vez son los tabúes culturales
pero hay tantas cosas que ella quisiera decir

Sabe que se apresuró, reconoce que se apresuró.
Hoy recuerda con nostalgia esa noche
cuando Andrés puso su mano en  su pierna
y ella se paralizó.
Estaban sentados junto a todos sus amigos,
y aunque nadie mas vio,
la sonrisa de los demás fue una campana que a Camila la asustó,
y aunque Andrés buscó su espacio,
ella su puerta no abrió.

Camila solo quería un rato de alegría,
un rato alegre pero sincero,
así no fuera duradero,
pues para ella son prioridad otros sueños,
pero sentirse viva podría ser un buen juego,
en un momento en el que 
la claridad es mas importante que un nuevo cuento,
y recordar que es linda,
cuando otros la hicieron sentir como un trapo viejo.

Lo rechazó, pese a que llegó con su alegría,
con sus bailes y sus juegos,
a proponerle una noche de sueño,
pero ella se asustó,
y Andrés salió corriendo.

Hoy Camila reconoce el afrodisíaco 
que significa sentirse ignorada
y sueña con una sola noche apasionada.

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