domingo, 10 de febrero de 2013

Confesión

Si supieras que no son tus palabras las que me conquistan,
me conquista  el calor de  tu mano cuando la pones sobre mi pierna,
y el corrientazo de tu energía  me llega hasta mis fantasías.

Si supieras que tus mensajes me  roban sonrisas,
pero  son tus dedos rozando mi cabello
los que me estremecen y llenan de vida mi cuerpo.

Si supieras que  lo que dices me agrada,
pero es tu mano rozando mi espalda, 
la que me llenan de ganas.

Si supieras leerme,
si supieras lo que en silencio te grito,
no perderías tanto tiempo,
hace rato me habrías robado
y no me atrevo a decir lo que hubiéramos vivido.


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