domingo, 10 de febrero de 2013

Cruzando la puerta

Un gran vacío en el estómago,
 que se diluye por años inundando cada rincón del cuerpo, 
hasta oscurecer el más profundo suspiro.
Los motivos casi inexplicables, casi absurdos,
desde los amores que buscaron algo más que ser feliz 
con las cosas simples de la vida,
con una sincera compañía,
hasta la injusticia más profunda de sentirse atacado
por los vínculos de sangre que nos dio la vida.

Amargura,
sensación de vida sin vida.
Fueron tantos momentos que el alma casi ni respira.

Pero en medio de tanta oscuridad una sonrisa nunca me dejó desfallecer,
una sonrisa que me dice linda, 
 hace que mis ojos brillen
y que mi corazón por el brinque.

Hace uno días se fue el último fantasma.
Ese que me hizo creer que estaba viva,
para matarme con  un veneno cargado de miedo,
como si fuera una película de terror,
en la que un enfermo mental
llega a su nueva víctima con sed
de verle su mirada mientras la ahoga.

Lo que no se dio cuenta ese fantasma, 
es que toda copa se llena,
y que hay piedras que no matan,
porque sirven para construir.

Hoy ya puedo decir, 
al ver tan cerca tantos sueños,
que gracias a Dios se fue,
para poder disfrutar libre lo mas bello.
Teniendo claro que ese fantasma, 
no es más que el reflejo de tantos
que sin darse cuenta me enseñaron
lo mucho que valgo, 
y que no están conmigo no porque ello no quieran,
sino porque ni Dios ni yo los elijo,
para celebrar conmigo

Hoy la sensación es indescriptible,
es una sensación bien extraña.
No puedo decir que todo es perfecto,
pero tengo al hombre de mis sueños,
al hijo que es mi esencia de vida,
y mucho más de lo que había pedido.

Hoy nuevamente tengo un sueño,
hoy nuevamente sonrío,
hoy nuevamente veo la luz,
aun sin estar conmigo.

hoy me siento mas cerca de Dios que nunca,
y lo digo porque lo que siento es poder,
es la fortaleza de poder ver lo grande,
aunque existan vacíos.
y no importa el cómo, 
pero hoy amigos míos,
van a celebrara conmigo.

Espera mi invitación a ser parte de un sueño,
que jamás parecía llegar a estar conmigo,
pero que hoy es una realidad,
a la que le falta una firma,
para comenzar a ser legalmente mío.

Un sueño con olor,
un sueño con vista,
es un sueño con sabor  y es
un sueño que necesita piedras
para llenar de alegría.


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