Era un viernes cualquiera,
no había planes,
no había espera,
todo era ... era tareas.
Una llamada inesperada,
una reunión a la fuerza
y lluvia que no cesa.
Cansada y con pereza,
pasaste a mi lado,
un saludo cordial,
yo en mi carro
y tu en tu motocicleta,
y una nube que lagrimea.
Oh sorpresa,
eras tu el de la tarjeta,
eras tu el "acosetas".
Hubo un brillo, juro que hubo un brillo
cuando nuestras miradas se cruzaron,
y sólo un mes después,
ya me alegro con tu encanto,
ya brinco con una llamada
y me hace falta tus labios
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