Beatriz Villada recuerda que “la primera reunión que
tuvimos antes de comenzar la obra fue en Enviaseo. Allá preguntaron que quién
quería ser representante de la comunidad en los comités, para participar
durante la construcción del nuevo corredor y ser un vocero de los vecinos porque a nosotros nos interesaba estar al día y
saber qué pasaba. Estar en esta reuniones fue la mejor forma de estar pendiente
de que todo marchaba bien, por eso me parecieron tan buenas. Fui muy constante
la verdad”.
Esa constancia, le dio tranquilidad a Beatriz Villada, su
familia y a sus vecinos, pues ella estaba siempre bien informada. “En esas reuniones nos informaban sobre los
cierres de las vías, sobre los cortes de agua o de luz, muy organizados en este
punto, todo bien planificadito. Hicimos también recorridos por los tramos y
podíamos decir lo que no nos gustaba y ellos nos escuchaban y tomaban medidas
que en últimas, es lo que cuenta”.
Ahora cuando las
obras del primer corredor de Metroplús están en su recta final, Beatriz Villada
siente que el trabajo de la comunidad
apenas está comenzando para garantizar la permanencia de lo hoy construido,
porque si algo aprendió en las reuniones del Comité, es la importancia de
sentir la obra como propia para poder cuidarla. Por ello, está pendiente de que
no se dañen las bancas, de que la gente no pise las maticas que se están
sembrando, pues permitirlo sería como dejar que alguien destruya su propia
casa.
Septiembre, 2013
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