lunes, 14 de octubre de 2013

Space nos demuestra que podemos apostar a la institucionalidad

Foto El Colombiano
Como ya lo había expresado en otro escrito, no se trata de seguir a individuos, ni a egos, ni a intereses personales. Cuando se trata de construir ciudad debemos volver a creer en la institucionalidad.

Pensar que los partidos o las administraciones son la persona que la lidera, es el primer gran error que cometemos tanto quién hace política, como los ciudadanos que votamos y generamos falsas expectativas.

Las ciudades, las instituciones no son un ídolo o un odiado, son un engranaje por el cual debemos velar para poder construir ciudad. Cuestionar, debe partir reconociendo procesos, necesidades, historia y, como no, el interés general.

La triste tragedia del edificio Space en El Poblado nos demuestra precisamente eso. Debo reconocer que no soy seguidora del Alcalde Gaviria, y pese a que muchos han criticado que haya tomado algunos días de descanso a los que tiene derecho cualquier ciudadano, yo hoy le reconozco el gran respaldo de su equipo de trabajo. 

Un buen líder sin duda es el que puede lograr que su equipo sobresalga aun sin su presencia, y esos son los líderes que necesitamos, que más allá de sus propios intereses políticos, y económicos, primen las instituciones, el compromiso y como no, un buen desempeño técnico.

Poco conocía de Claudia Restrepo, alcaldesa encargada del Municipio de Medellín, pero creo que a pocos se nos olvidará el compromiso con la ciudad, la disposición para atender la emergencia del Edificio Space, la claridad y disposición para atender los medios de comunicación sin afán diferente al de informar a la ciudadanía, la calma y respeto que inspira,  y los pantalones para atender una emergencia como esta en todas sus aristas.

¿Que si es un cargo político o no? es lo que menos importa, lo que reconoce hoy la ciudad es que pese a no estar presente el alcalde, hoy está al frente a alguien con criterio y responsabilidad, y es lo que nos debe importar.

Y así como a la alcaldesa encargada, hay que reconocer la labor de los Bomberos, Cruz Roja y obviamente el Dagred, así como otra serie de entidades que se han sumado a esta labor, donde se ha mostrado un afán de cumplimiento del deber, más que el de protagonismo.

Ahora si, no niego que hay otra serie de hechos que nos dejan a los ciudadanos pensando en la irresponsabilidad de algunas oficinas y de algunos personajes, pues no es nuevo que se hable de un afán descontrolado por construir en las laderas de nuestro Valle de Aburrá. Es increíble lo que han cambiado nuestras lomas en los últimos 10 años, por no decir menos. No respetamos las distancias con las quebradas, y muchas obras se basan en los estudios de suelos realizados décadas atrás cuando se hicieron vías como las transversales. ¿Será que no cambian las condiciones con tanto peso? ¿Será que el cambio climático y la desaparición de tanto árbol que amarra el suelo no influye?

Para nadie es un secreto la rentabilidad de la construcción, y me parece maravilloso que seamos gestores de grandes industrias, ¿pero donde queda el bienestar general?

Insisto, retomemos las instituciones, señalemos intenciones, y reforcemos políticas y procedimientos, que hagan de nuestras ciudades gestoras de desarrollo responsable, donde primen las necesidades de todos, en equilibrio con las minoría, lo público, el medio ambiente y el desarrollo económico.

Que esta tragedia nos enseñe muchas cosas, nos replantee compromisos a ciudadanos y servidores públicos. No cambiaremos de un día para otro, pero si es oportuno iniciar el camino.






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