jueves, 14 de noviembre de 2013

Reflexiones de Ciudad

Cuando voy por  mi ciudad, en medio de trancones da tiempo a pensar en muchas cosas. Esta semana, en un bus de transporté "público" (vehículo al servicio de la ciudadanía, que es el medio de sustento y propiedad de un particular*) mientras miraba por la ventana, veía cómo por los tres carriles que tiene la vía, había un bus urbano en cada uno, en diferentes momentos del trayecto, desde el centro de Medellín hasta Envigado, por la Avenida del Poblado.




Y miren que menciono los tramos de tres carriles, cuando se disminuye a dos, la situación es igual, en especial en zonas donde hay paraderos de tráfico importante como San Diego, Parque Poblado, Oviedo, Sao Paulo y llegando al Parque de Envigado. 

Viendo esto, recuerdo la solicitud de unas personas que "exigen" dos vías en esta avenida de alto tráfico, y un sistema de buses con carril compartido. Yo le doy vueltas y vueltas al asunto, y lo único que encuentro es un deseo de mantener el caos.  Me explico, o mejor dicho, me pregunto: 
¿Si ya en varios tramos de la Avenida El Poblado hay tres carriles, porqué debemos reducirlos?
¿Si no queremos carril exclusivo para el transporte público qué tipo de organización en la movilidad queremos si lo que pretendemos es más de lo mismo?

Cuando leo o escucho los argumentos de estas personas, veo que expresan que ampliar las vías es motivar el uso de los vehículos y que debemos trabajar por desmotivarlo en pro de la movilidad y el medio ambiente. Estoy absolutamente de acuerdo en que es importante desmotivar el uso del carro, en una sociedad que hasta por cruzar la calle nos montamos en él para comprar la leche. pero si bien no muchos tienen ya una conciencia ambiental sino de comodidad, la estrategia no puede ser esa, para cambiar corazones debemos hablarles en su propio idioma, pues en mi matemáticas de coquito me dice que si yo soy un ciudadano común que pienso en la posibilidad de parquear mi carro para comenzar a utilizar el transporte público, pongo varios asuntos sobre la mesa:
  1. Cuánto me demoro yendo en carro y yendo en bus
  2. Cuánto me gasto en cada una de las formas de transporte
  3. Cuál es mi comodidad en cada una de ellas
  4. Y aunque se que muchos no hacen esta reflexión, digamos que habrá quien se pregunta cuál contamina más.
A estas 4 preguntas hay 4 respuestas muy sencillas:

  1. En Carro me rinde más, compartimos vías así que es el mismo trancón, pero yo no paro 3 veces en la misma cuadra. Sin hablar de las ocasiones en que me obliga a cambio de ruta para llegar a mi destino.
  2. Por cambio de rutas y tiempo, y según el tipo de vehículo, puede terminar siendo casi lo mismo o un poquito más gasto en mi vehículo particular y tal vez el bolsillo me lo permite.
  3. Sin duda en mi vehículo estiro tranquila mis piernas, pongo aire acondicionado, la emisora que me gusta y es mas aseado.
  4. Si tengo bien organizado mi carro con las revisiones tecnicomecánicas, y no es un carro viejo, puedo contaminar menos si no freno tanto, y si lo comparto con mis compañeros de trabajo. 
En estas respuestas de un ciudadano común, con seguridad difícilmente desestimularemos el uso del carro. Lo primero que necesitamos es un  transporte público organizado, que no solo sea económico, que sea incluyente, de fácil acceso, cómodo, seguro (donde hasta mi mamá pueda viajar sin riesgos al subir y al bajar) y por las carreras de hoy, que sea ágil al andar.

Si yo miro esto, y miro nuestra realidad, sin duda nuestra ciudad ha comenzado a ofrecernos avances importantes en esto, Metro, Metroplús, Metrocable y próximamente el tranvía. Un sistema integrado de transporte que es gratamente reconocido incluso por personas de países desarrollados, pero desafortunadamente aun no llega a todos los barrios. Por eso me sorprende que en la zona más altamente poblada de vehículos del Valle de Aburrá, como lo es la Avendida del Poblado, no queramos que llegue este sistema organizado.
Para mi el tercer carril, que insisto ya está en varias partes de la vía, es muy importante y necesario, y que además este tercer carril debe ser exclusivo para el transporte público. Solo de esta manera muchos tomarán la decisión de guardar el carro, como ya conozco a más de uno que lo ha hecho, pues conocen los beneficios por vivir cerca a Metroplús o el Metro. Quienes hemos montado en Metroplús sabemos lo ágil que es llegar al centro desde la Universidad de Medellín, por ejemplo,  mucho más rápido que en carro, sin congestiones ni necesidad de pagar parqueadero. Quienes están en una oficina en la Milla de Oro todo el día terminan dejando sus carros en centros comerciales cuando en sus oficinas no hay suficientes parqueaderos, así que igual les toca caminar un par de cuadras, y a la salida, en muchos casos por la hora, comenzar el trancón desde el mismo parqueadero del centro comercial, a la hora de salir.  Si pudiéramos evitarnos los trancones con un buen sistema de transporte público, estoy segura que muchos lo harán.
 
Es por ello que invito a pensar un poco más en este tema, puede que ni las administraciones, ni quienes están al frente de estos proyectos de desarrollo se las sepan todas, pero hay estudios claros que demuestran las necesidades de movilidad en las cuales ya tenemos un retraso de 40 años. No digo que todo deba ser cemento, digo que debemos organizar lo que tenemos y trabajar paralelo en generar nuevas culturas acordes a las nuevas necesidades y conciencias, y de la misma manera comenzar a proyectarnos hacia el futuro.


*El Servicio Público en Colombia, en una gran proporción es propiedad de particulares, quienes en su afán de generar rentabilidad como cualquier empresario, han olvidado su razón de ser para entrar en la llamada guerra del centavo, parando los vehículos en cada esquina, si no es dos y tres veces en la misma cuadra, compitiendo entre ellos mismos a grandes velocidades por vías congestionadas y aumentando el número de sillas por vehículo reduciendo el espacio, incluso para la altura promedio latina que no es la más alta, generando incomodidades en los viajes.

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