Y sí, me perdí.
Me perdí en el camino, pero no recuerdo donde.
El mundo estaba a mis pies. Todo era posible, pero hubo algo
que nunca fue.
No fue el sentirte, no fue el sentirme. Solo el absoluto
posible, se convirtió en imposible.
Hoy el frío no me llega, me sale. Y una a una las sonrisas
se congelan y la piel se marchita.
Abro la botella y el vacío me atrapa. A cada trago que sale,
el vacío me absorbe, y aunque el vaso queda intacto, la sensación de ausencia
es grande.
En el reflejo del vidrio observo mis canas, la grasa
abdominal y un mucho miedo en mi mirada. Miedo a jamás volver a ser deseada,
miedo a nunca más ser amada.
Y pensar que me daba el lujo de elegir….
Llueve, y unas ganas de gritar me invade el pecho, mientras
una gota de agua comienza a correr por mi mejilla. Miro a mí alrededor y estoy en el paraíso, y
el ángel de la soledad me acompaña
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