Vivo y revivo cada segundo de aquel beso.
Tus labios rozaban los míos y no sé cuál de los dos tenía
más miedo.
Mis labios ya habían perdido la cuenta. Pero los borraron
todos.
No estaba soñando, estaba delirando.
Ese acolchado de tus labios se aferró a mí, y nunca me ha
abandonado.
Ya son ciento, miles, millones los que me has dado,
Pero jamás olvido ese primer suspiro, que me ha enamorado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario