viernes, 24 de febrero de 2017

LA CULTURA ORGANIZACIONAL El producto comunicacional que más habla de la empresa



LA CULTURA ORGANIZACIONAL

El producto comunicacional que más habla de la empresa



Por Ana Carolina Sánchez Rave



CONTENIDO



1.    Introducción…………………………………………………....   Pag.3

2.    Capítulo I: Culturas Organizacionales.…………………....   Pag.6

3.    Capítulo II: Cómo nos comunicamos al interior de las empresas………………………………………………………   Pag.41

4.    Capítulo III: Herramientas de Comunicación en las empresas…………………………………………………… …  Pag.65

5.    Capítulo IV: Quienes son nuestros legitimadores……... Pag.  80

6.    Capítulo V: Esa cosa llamada Posicionamiento de la Imagen Institucional……………………………………………………. Pag. 89

7.    Capítulo VI: La Cultura Organizacional: el producto comunicacional que más habla de la empresa…….. Pag. 94






INTRODUCCIÓN




Cuando las empresas piensan en productos comunicacionales lo primero que se viene a la mente son los medios de comunicación, los productos y su imagen institucional.  Pero se nos olvida un producto comunicacional muy importante que es la cultura organizacional.

No es que las empresas de hoy no se preocupen por trabajar su cultura interna, de hecho cada vez este elemento aparece con mayor frecuencia en los objetivos de las áreas de gestión humana, sólo que muchas veces se piensa en ella para que sus empleados adquieran ciertas costumbres y hábitos que van de la mano con la productividad. Y esto no es malo, pero esto se puede aprovechar si le sumamos el objetivo del fortalecimiento de la imagen institucional.

¿Qué ganan las empresas haciendo que todo el personal recite de memoria la misión y visión de la empresa para el logro de una certificación, si realmente no la viven?

El mejor referente que tenemos de cualquier empresa son sus empleados. Si la experiencia de un amigo o familiar en su lugar de trabajo es positiva, se siente motivado e identificado con lo que hace, vive y comparte allí, nosotros le tomamos cariño, generamos sentido de pertenencia y hasta fidelidad a la marca o producto que representa.  Si por el contrario, la experiencia de ese amigo o familiar es desagradable, se siente atropellado, no entiende los procesos internos y no cree en su propia compañía, difícilmente seremos parte del público objetivo activo.

De lo anterior la importancia de ver la cultura organizacional como un producto comunicativo, pues a través de ella vemos creíble, respetable y deseable una marca.  ¿Cuantas experiencias se conocen de compañías que por su relación con empleados o proveedores los clientes reaccionan positiva o negativamente?  ¿Cuantas cadenas de correo nos han llegado reprochando las actitudes de empresas hacia sus públicos internos? Incluso, hasta se conocen casos de marcas o productos que se crean como protesta hacia otras compañías.

Tener presente el trabajo de la cultura organizacional desde el mismo direccionamiento estratégico de una empresa no requiere necesariamente grandes inversiones económicas, requiere atención, compromiso y aporte interdisciplinario para el logro de la cultura deseada.  En otras palabras, requiere convicción de que lo que realmente es una empresa en su interior, es lo que tarde o temprano va a comunicar al exterior y es lo que va a posicionarse en el inconsciente colectivo.

Como la cultura organizacional no es algo que cambie de la noche a la mañana y si es un producto que comunica permanentemente, se debe comenzar a visualizar como una meta y objetivo institucional, el cual se construye por medio de diferentes herramientas y metodologías, y sobre todo con persistencia. 

De ahí la importancia de generar un plan estratégico enfocado a la consolidación de la cultura de la organización, donde se tenga bien claro qué es lo que la empresa le quiere comunicar a sus empleados, cuales son las características de estos para elegir la mejor forma de comunicar y establecer unas políticas claras de comunicación, establecer cronogramas y procesos, y finalmente definir indicadores que permitan evaluar la efectividad del plan implementado.

A lo anterior, es fundamental agregarle un ingrediente muy importante, más cuando se trata de generar cambios comportamentales y actitudinales en seres humanos, y es involucrar al personal en la generación de ideas y pilotos, con el fin de garantizar un porcentaje más alto de efectividad.

Es trascendental involucrar a los empleados, porque el ser humano se compromete más en lo que siente que aporta, que es útil y que puede ver frutos. Y es importante realizar pilotos con el público objetivo, porque son ellos los que pueden advertir, antes de generar grandes inversiones de tiempo y dinero, si las propuestas son asertivas.


Una empresa que se olvida de su público interno, de su cultura, cuando quiere generar y/o posicionar la imagen de la compañía, está construyendo sin bases.  Quién mas puede dar fe de lo que es un producto o servicio, si no son quienes lo fabrican o desarrollan: los empleados de cualquier compañía.  En otras palabras, empresas y empresarios no se pueden olvidar que el producto comunicacional que más habla de una compañía es la CULTURA ORGANIZACIONAL.

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