LA CULTURA ORGANIZACIONAL
El producto comunicacional que más habla de la empresa
Por Ana Carolina Sánchez Rave
CONTENIDO
1. Introducción………………………………………………….... Pag.3
2. Capítulo I: Culturas
Organizacionales.………………….... Pag.6
3. Capítulo II: Cómo nos
comunicamos al interior de las empresas……………………………………………………… Pag.41
4. Capítulo III: Herramientas
de Comunicación en las empresas…………………………………………………… … Pag.65
5. Capítulo IV: Quienes
son nuestros legitimadores……... Pag. 80
6. Capítulo V: Esa cosa
llamada Posicionamiento de la Imagen Institucional ……………………………………………………. Pag. 89
7. Capítulo VI: La Cultura Organizacional :
el producto comunicacional que más habla de la empresa…….. Pag. 94
INTRODUCCIÓN
Cuando
las empresas piensan en productos comunicacionales lo primero que se viene a la
mente son los medios de comunicación, los productos y su imagen
institucional. Pero se nos olvida un
producto comunicacional muy importante que es la cultura organizacional.
No es que las empresas de hoy no se preocupen
por trabajar su cultura interna, de hecho cada vez este elemento aparece con
mayor frecuencia en los objetivos de las áreas de gestión humana, sólo que
muchas veces se piensa en ella para que sus empleados adquieran ciertas
costumbres y hábitos que van de la mano con la productividad. Y
esto no es malo, pero esto se puede aprovechar si le sumamos el objetivo del
fortalecimiento de la imagen institucional.
¿Qué ganan las empresas haciendo que todo el
personal recite de memoria la misión y visión de la empresa para el logro de
una certificación, si realmente no la viven?
El mejor referente que tenemos de cualquier
empresa son sus empleados. Si la experiencia de un amigo o familiar en su lugar
de trabajo es positiva, se siente motivado e identificado con lo que hace, vive
y comparte allí, nosotros le tomamos cariño, generamos sentido de pertenencia y
hasta fidelidad a la marca o producto que representa. Si por el contrario, la experiencia de ese
amigo o familiar es desagradable, se siente atropellado, no entiende los
procesos internos y no cree en su propia compañía, difícilmente seremos parte
del público objetivo activo.
De lo anterior la importancia de ver la
cultura organizacional como un producto comunicativo, pues a través de ella
vemos creíble, respetable y deseable una marca.
¿Cuantas experiencias se conocen de compañías que por su relación con
empleados o proveedores los clientes reaccionan positiva o negativamente? ¿Cuantas cadenas de correo nos han llegado
reprochando las actitudes de empresas hacia sus públicos internos? Incluso,
hasta se conocen casos de marcas o productos que se crean como protesta hacia
otras compañías.
Tener
presente el trabajo de la cultura organizacional desde el mismo
direccionamiento estratégico de una empresa no requiere necesariamente grandes
inversiones económicas, requiere atención, compromiso y aporte
interdisciplinario para el logro de la cultura deseada. En otras palabras, requiere convicción de que
lo que realmente es una empresa en su interior, es lo que tarde o temprano va a
comunicar al exterior y es lo que va a posicionarse en el inconsciente
colectivo.
Como la cultura organizacional no es algo que
cambie de la noche a la mañana y si es un producto que comunica
permanentemente, se debe comenzar a visualizar como una meta y objetivo
institucional, el cual se construye por medio de diferentes herramientas y
metodologías, y sobre todo con persistencia.
De ahí la importancia de generar un plan
estratégico enfocado a la consolidación de la cultura de la organización, donde
se tenga bien claro qué es lo que la empresa le quiere comunicar a sus
empleados, cuales son las características de estos para elegir la mejor forma
de comunicar y establecer unas políticas claras de comunicación, establecer
cronogramas y procesos, y finalmente definir indicadores que permitan evaluar
la efectividad del plan implementado.
A lo anterior, es fundamental agregarle un
ingrediente muy importante, más cuando se trata de generar cambios
comportamentales y actitudinales en seres humanos, y es involucrar al personal
en la generación de ideas y pilotos, con el fin de garantizar un porcentaje más
alto de efectividad.
Es trascendental involucrar a los empleados,
porque el ser humano se compromete más en lo que siente que aporta, que es útil
y que puede ver frutos. Y es importante realizar pilotos con el público
objetivo, porque son ellos los que pueden advertir, antes de generar grandes
inversiones de tiempo y dinero, si las propuestas son asertivas.
Una empresa que se olvida de su público
interno, de su cultura, cuando quiere generar y/o posicionar la imagen de la
compañía, está construyendo sin bases.
Quién mas puede dar fe de lo que es un producto o servicio, si no son
quienes lo fabrican o desarrollan: los empleados de cualquier compañía. En otras palabras, empresas y empresarios no
se pueden olvidar que el producto comunicacional que más habla de una compañía
es la CULTURA
ORGANIZACIONAL.
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