Hidroituango, desde la emoción y la comunicación
La situación que hoy viven varios municipios,
debido a los acontecimientos que ha generado uno de los proyectos más
importantes para nuestro departamento como lo es Hidroituango, ha permitido
visibilizar muchos sentimientos, en una época donde las redes sociales no solo
le ponen voz a los que antes no hablaban, sino que también evidencia lo
emocionales y poco analíticos que somos.
No soy ingeniera, así que no voy a hablar de los
posibles errores técnicos del proyecto o de quién es la responsabilidad, pero
si quiero hacer una reflexión social y comunicacional al respecto.
En parte porque estamos en época electoral, uno
podría decir que es normal que ante la crisis comiencen a parecer los
señalamientos de uno y otro lado, dándole responsabilidad directa e indirecta a
los candidatos, también salen los señalamientos a los gobernantes actuales, y
estos incluso me parecen más lógicos, porque desde mi percepción, con todo lo
que he leído del tema, pueden haber errores de decisiones por querer apresurar
las entregas, y por más que cualquiera quiera cortar la cinta, en procesos
constructivos no podemos acelerar un proceso de secado del cemento, por poner
un ejemplo, solo por querer hacerlo. Existen tiempos que son inamovibles. (Aclaro
que no estoy diciendo que el problema tiene que ver con secado del cemento, no
conozco los procesos técnicos que fallaron, más allá de las especulaciones de
los medios).
¿Pero realmente hoy qué es lo importante? ¿Saber
quién es el culpable? ¿Somos inquisidores? O será que hoy lo importante es
solucionar el problema, no por proteger a un logotipo o político, sino por la
gente que hoy no tiene ni siquiera la oportunidad de ingresar a sus casas.
Sin duda llegará el momento de conocer dónde estuvo
la falla, creo que es importante no solo por las pérdidas económicas,
ambientales y sociales generadas, pero insisto que hoy lo más importante es ver
cómo se supera la crisis para poder darle feliz término a una mega obra a la
que solo le faltan 7 metros y, sobre todo, para tener la tranquilidad de que
varias comunidades estén seguras en sus viviendas y territorios ancestrales. Si
era oportuno o no el proyecto, sin duda ese fue un debate que ya se dio años
atrás, así en lo personal nos guste o no. Para lo que tenemos hoy, se pierde
más si no se logra terminar.
Y es ahí donde yo diría que mis hashtags serían #TodosConelBajoCauca
#TodosConHidroituango, no importa si quiero o no a EPM, o al político que considere
“tiene la culpa”.
Pero por otro lado está el trabajo comunicacional
de la crisis, que quienes me conocen me gusta y he asesorado en prevención y
manejo de estas. No conozco al colega
que está asumiendo el liderazgo en este momento el manejo de la comunicación de
crisis de EPM, pero debo reconocer que lo que he visto es lo que yo habría
sugerido: dar la cara, generar las alertas, enfocar el discurso en la
importancia en las personas y tratar de promover la solidaridad del público en
general con la empresa.
Sin embargo, este es uno de los ejemplos claros de
que las crisis deben manejarse desde antes de que ocurran, debe estar prevista
en el actuar diario de las organizaciones, pues estas son como las personas,
cuando un amigo comete un error público y yo tengo una buena relación, es más probable
que lo defienda que a esa persona que ha sido odiosa conmigo.
Para nadie es un secreto que EPM dejó de ser la
empresa más querida de los antioqueños. Este afecto viene perdiéndose desde
hace años. Y es muy evidente cuando uno ve grupos de WhatsApp de personas que
se unen frente a los cobros desmedidos, luego de reuniones donde la comunidad
no se siente escuchada por la empresa, como el que se creó el año pasado en
Santa Elena luego de que comenzaran las alzas desbordadas en las facturas, con
explicaciones poco claras y profundas, además de los hashtags y memes que se
riegan en contra de la empresa en diferentes momentos.
Y es que hay un principio básico de comunicación, y
es la importancia de escuchar, y para el caso de las empresas el escuchar a sus
públicos o audiencias, y eso debe ser permanente, es decir, debe ser algo inherente
como si fuera parte del ADN de estas, para que cuando llegue una crisis, no sea
tan complejo lograr sinergias y apoyos de la opinión pública.
Es por eso que, aunque no estoy de acuerdo que sea
el momento de buscar culpables, entiendo perfectamente por qué tanto ciudadano
herido emocionalmente por la empresa, hoy aproveche para atacar, y no apoyar,
que es lo que realmente necesita, no solo EPM, sino la comunidad.
Ana Carolina Sánchez Rave
Comunicadora Social Periodista
Especialista en Gerencia de la Comunicación
@anacaritosr
Estoy de acuerdo contigo Caro, se trata de dar humanidad a la crisis por sobre otros asuntos.
ResponderEliminarAsí es. Gracias por sacar el ratico para leerlo
EliminarAsí es. Todo tiene su momento
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